Una Esposa Humana Para Mi Padre El Alfa
Una Esposa Capítulo 28

Capítulo 0028 

Olivia no había visto a Lucian en todo el día, suponía que estaba ocupado con el asunto de la seguridad de la manada. 

Esperaba que ese asunto se pudiese resolver pronto. 

También le parecía increíble que hubiera seres humanos que se autoproclamaran cazadores y fueran por ahí como en los tiempos medievales cazando brujas. 

Pero desde que los hombres lobos resultaron que sí existen, entonces todo lo demás ya no parece tan descabellado. 

Estaba en su cuarto acomodando su poca ropa y de hecho, creía que le faltaba una tanga, pero no estaba muy segura, cuando escuchó un estruendo y el grito infantil de Ophelia. 

Sin pensarlo ni un segundo, corrió desesperada hasta su habitación, pensando en que le había ocurrido algo, quizás alguno de esos psicópatas se había colado en la casa y la estaban secuestrando. 

Pero al llegar, se la encontró llorando a mares, delante de una fotografía que, al parecer, se había caído de su sitio porque todos los cristales estaban esparcidos por el suelo. 

-¿Ophelia, mi niña, qué sucede?- le preguntó Olivia angustiada, cargándola y meciéndola en sus brazos para consolar a llorosa Ophelia. 

– ¡La foto de mi mami se cayó, no quiero que se rompa la foto de mi mamita!- le dijo una vez que se calmó un poco, luego de mojarle todo el cuello de lágrimas a Olivia, hipando y con una vocecita triste y lastimosa. 

Olivia la consoló, le dijo que ella le iba a arreglar la foto, que not 

mururu iilus. 

La puso en el suelo, a su espalda y con cuidado de no rayarla con los cristales, se puso a sacar la fotografía del marco roto, donde una hermosa mujer pelirrubia miraba a la cámara con una dulce sonrisa y una enorme panza donde debería estar su hija, Ophelia. 

Olivia se quedó por un segundo contemplando la imagen, porque además de la mujer, al lado estaba Lucian. 

No miraba a la cámara, sino que miraba de manera cariñosa a la barriga de la mujer embarazada, mientras ponía su mano con calidez sobre su vientre hinchado. 

Un nudo se formó en la garganta de Olivia, de repente todo tipo de sentimientos depresivos y tristes la asaltaron, pero estaba con Ophelia y claramente no se iba a poner a llorar por haber visto la antigua familia feliz de Lucian. 

Le parecía demasiado mezquino tener celos de alguien fallecido y que además era la madre de una niña tan dulce como Ophelia. 

– ¿Ves?, ya está a salvo, solo hay que buscarle un marco nuevo, no te preocupes- le explicó a Ophelia que la miraba con grandes ojos. mojados de lágrimas y tocó la foto con miedo persistente, cuando Olivia se la entregó en su pequeña mano. 

Antes de que pudiese sonreír aliviada, entró Lucian por el cuarto apresuradamente. 

– ¿Ophelia estás bien? – le dijo acercándose a ella con grandes pasos y cargándola del suelo para examinarla. 

Estaba llegando a la casa, cuando a través del vínculo, supo que estaba angustiada, triste y asustada. 

-¡Papito, el viento tumbó la foto de mamá y casi la pierdo!- comenzó 

a llorar de nuevo abrazando el cuello de Lucian, mientras este le 

uunuvu pais para 

Lucian miró a Olivia como disculpándose por todo el comportamiento dramático de Ophelia, pero Olivia le dijo articulando con la boca, que no importaba que era comprensible. 

– Papito, quiero ver los videos de mamá- le dijo de repente a Lucian con voz llorosa y Lucian, asintió dándole un beso en la frente donde se arremolinaba su suave cabello. 

Aunque parecía una exageración de la pequeña, en realidad Ophelia era una niña muy sensata para ser omega. 

Los cachorros de manera general eran muy apegados a sus padres durante los primeros años de vida, sobre todo a la madre y más las omegas, que eran considerados las más frágiles y sensibles, desde que eran niños hasta prácticamente toda su vida. 

A cada rato Ophelia se comportaba así y Lucian con paciencia la consolaba y la acompañaba, no podía hacer nada más, no podía ocupar el lugar de su madre por mucho que quisiera. 

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