Capítulo 1634 

Carmen fue guiada de vuelta a su mesa por la camarera. 

“Hola, su niña se perdió por un momento y subió a la planta de arriba. ¡Afortunadamente no salió del restaurante, ya que sería peligroso con el tráfico afuera!” 

Al ver a su hija regresar con la camarera, Berta se sorprendió y luego se sintió un poco avergonzada. Le sonrió a la camarera y dijo: “¡Gracias! Lamentamos haberle causado tantas molestias.” 

La camarera se inclinó cortesmente y respondió: “De nada. Es nuestro deber.” 

Luego se retiró para no interrumpir la comida de los clientes. 

Después de que la camarera se fue, Berta llamó a su hija para reprenderla, “Carmen, ¿qué está pasando contigo? Deberías estar comiendo, ¿por qué fuiste sola al piso de arriba?” 

Carmen puso mala cara, “Yo senti mucha curiosidad y quería ver qué había arriba…” 

Gaspar, que estaba sentado al lado de Romeo, miraba a Carmen con nerviosismo, temiendo que lo delatara… 

Berta estaba algo frustrada, “¿Por qué eres tan curiosa? ¿No te das cuenta del peligro que corres si te escapas sin decirnoslo? ¿Qué hubiera pasado si te encuentras con una persona mala?” 

Carmen se cruzó de brazos y se defendió: “Mamá! Ya soy una niña grande, puedo distinguir entre las personas buenas y las malas. Además, ¿qué tan fácil crees que es encontrar a una persona mala?” 

Berta frunció el ceño, “¿Por qué estás volviéndote tan desobediente?” 

Arturo dejó su tenedor y se unió a la conversación de su esposa para regañar a su hija, “Carmen, tu madre tiene razón. ¿Crees que las personas malas tienen la palabra malo escrita en la cara? ¿No te das cuenta de que las personas malas suelen acercarse a chicas de tu edad porque son las más inocentes y fáciles de engañar?” 

Carmen rodo los ojos hacia su padre y respondió: “No soy tonta. No me dejo engañar tan fácilmente. De todas formas, hoy no me encontré con ninguna persona mala, ¡me encontré con una gran persona!” 

¿Una gran persona? 

Esta “gran persona” de la que hablaba su hija despertó la desconfianza de Arturo y Berta… 

Normalmente, las personas malintencionadas se presentan como buenas personas frente a los niños para ganarse su confianza, Carmen realmente podría haberse encontrado con una de estas personas! 

Ambos preguntaron al unisono 

“¿Quién es esa gran persona?” 

“¿Quién es esa gran persona?” 

Sofia, quien no queria meterse en los asuntos de Carmen, aprovechó la oportunidad para burlarse de ella, “Carmen, ¿estás segura de que no te engañaron? ¡Estuviste arriba solo unos minutos y ya estás diciendo que es una gran persona! ¿Es que te dio un par de dulces y ya te tiene encandilada?”

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