Capítulo 1629 

Asi era, después de buscar en siete u ocho salones privados, no vieron a ninguna mujer que pareciera ser la madre de ‘Diegui“. Carmen comenzó a pensar que ‘Diegui‘ podria estar alucinando debido a que extrañaba mucho a su madre. 

El camarero comenzó a sentirse frustrado, “Chiquitina, ¿recuerdas en qué lado estaba la ventana en el salón de tu madre?” 

Si pudiera saber si el salón de su madre estaba orientado al sur o al norte, le permitiría evitar golpear algunas puertas, y molestar a menos clientes 

Porque no todos los clientes de los salones privados eran tan pacientes. Algunos se molestan si él entraba y no traía comida, sino para buscar a alguien. Le preocupaba que los clientes se quejaran…. 

Carmen negó con la cabeza, “Yo.. no recuerdo…” 

El camarero suspiró con resignación, “Está bien! ¡Supongo que seguiremos buscando puerta por puerta!” 

Dicho esto, llamó a la puerta de otro salón privado. Esta vez no hubo respuesta desde adentro, sino que alguien vino a abrir la puerta… 

Y era un niño 

El mesero le preguntó cortesmente: “Niño, ¿esta señorita es parte de tu grupo? ¿La reconoces?” 

El niño que abrió la puerta no respondió, porque estaba atónito. 

El que abrió la puerta no era otro sino el verdadero Diegui. 

Diegui acababa de salir del baño privado de su salón, y al escuchar que alguien llamaba a la puerta, la abrió. Pero para su sorpresa, vio a Carmen, ¡Su tia! 

Carmen también se quedó atónita, primero con sorpresa y luego con alegria. 

Lo habia encontrado! 

Si no lo hubiera visto con sus propios ojos, le habría resultado dificil creer en una coincidencia tan asombrosa 

Si no fuera porque este niño vestia ropa diferente a la del ‘Diegui de abajo, probablemente no podria distinguir quién era quien, y podría pensar inconscientemente que el Diegui‘ de abajo habia desobedecido y se habia escapado. 

Viendo a los dos niños mirándose mutuamente en silencio, el mesero estaba confundido. ¿Se conocían o no? 

“Niño, hablas? Reconoces a esta señorita?” 

El mesero agito su mano frente a Diegui. 

Diegui volvió en si, miró al mesero, pero no dijo nada, porque no sabia qué decir… 

Al no obtener una respuesta, el mesero asumió que el niño era demasiado pequeño y tenia miedo de hablar con extraños, así que se volvió hacia Carmen, “Chiquitina, reconoces a este niño? ¿Es parte de tu grupo?” 

Carmen recuperó la compostura y asintió con la cabeza, “Si, ¡es él!” 

El joven mesero se alegró mucho al oirlo. Al fin lo habia encontrado. De esta manera, no tendria que seguir buscando en el próximo salon. 

Sin embargo, su alegria no duró mucho. Ya que un adulto salió del salón para ver qué estaba pasando, “¿Qué pasa, Gaspar? ¿Con quién estás 

hablando?” 

La persona que se acercó fue Brayan. 

Gaspar no respondió a su tio, todavía estaba atónito, no sabia cómo reaccionar ni cómo Carmen lo habia encontrado. ¿Le llevaria de vuelta con su padre? 

El mesero sonrió cortésmente y respondió a la pregunta del cliente, “Buenas tardes, señor. Resulta que esta niña se perdio, así que la traje de vuelta a su salon.” 

¿La niña se perdió? 

Brayan pensó de inmediato en Helena. Helena estaba comiendo tranquilamente en el salón, no habia salido en ningún momento! 

Miró a Carmen, que estaba de pie junto al mesero, “Debe haberse confundido. Esta niña no es de nuestro salón!” 

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