Un Beso Que Le Atrapó A Mi Señor Perfecto Novela Completa
Un Beso Que Le Atrapó A Mi Se5ñor Perfecto Capítulo 2606

Capítulo 2606 

Chocó contra Marcelo, queriendo saber si estaba bien. 

“Tranquila, si puedo sentarme aquí y hablar contigo, es porque estoy bien. 

Solo me dieron un golpe con una vara, ni siquiera sangré. 

Fue mi error haber perdido la oportunidad, estos secuestradores son despiadados, le tendieron una trampa incluso a los oficiales.” 

Leonardo se mantuvo en silencio, estaba considerando cómo aumentar las 

posibilidades de escapar. 

Era imposible quedarse sentado esperando la muerte. 

Estaba seguro de que sus abuelos vendrían a salvarlo, pero aunque eso era cierto, no pensaba que los secuestradores se quedarían quietos. 

Cada segundo que pasaban alli, aumentaba el peligro. 

“Señor, ¿no le vendaron los ojos?” 

Marcelo negó con la cabeza, “No, solo ataron mis manos y pies. Chico, ¿quieres que veal algo?” 

Marcelo se movió hacia donde estaba Leonardo, como el único adulto alli, también estaba tratando de encontrar una manera de ayudar a los dos niños a escapar 

Los oficiales podrían llegar rápido, pero no más rápido de lo que los secuestradores podrian actuar. Desde que lo arrojaron allí, mantenia el corazón en vilo. 

“Si, señor, quiero que observe a nuestro alrededor para ver si hay otra salida de esta habitación. 

Marcelo miró con cautela, la casa estaba en ruinas, parecía una de esas construcciones abandonadas en el campo. 

Solo había una puerta, pero detrás de ellos había una ventana grande bloqueada con alambres. 

Les contó a Leonardo todo lo que observó con detalle. 

“¿Qué estás pensando? 

Parece que todos están vigilando la puerta principal.” 

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Capitulo 2606 

Ya podian oir a los secuestradores riendo y bebiendo en la habitación de al lado. 

Parecía que realmente no creían que intentarían escapar, o tal vez aunque algunos estuvieran bebiendo, otros permanecían vigilantes. 

“No estoy seguro de cuántos están vigilando. 

Señor, como sus ojos no han sido vendados, ¿puede estimar cuántos son?” 

Marcelo reflexionó, “Cuando estaba en el auto había tres y cuando me empujaron aquí vi a dos más en la puerta, pero no estoy seguro de si había alguien más en la habitación. de al lado.” 

“Había uno en la habitación de al lado, parece que realmente no nos consideran una amenaza, estábamos Magdalena y yo aquí, y solo dejaron a una persona vigilándonos.” Marcelo se emocionó, “Entonces son solo seis, si son seis, hay una posibilidad de escapar.” 

Al escuchar que eran tantos, Magdalena inhaló bruscamente, “Son seis contra tres y todos estamos heridos de alguna manera, ¿cómo vamos a escapar? 

Papá, ¿qué tal si esperamos aquí a ser rescatados? Si intentamos huir y nos descubren, no sabremos cómo nos maltratarán. 

¿Qué te parece?” 

Marcelo, por supuesto, sabía del miedo en el corazón de su hija y solo podía tratar de consolarla, “Tonta, quedarnos aquí es esperar la muerte. 

No sabemos cuándo actuarán esos secuestradores contra nosotros. 

Ni siquiera me vendaron los ojos, eso significa que no les importa que vea sus caras. 

Desde el principio, es posible que no pensaran dejarnos salir vivos de esta habitación. 

Piénsalo, ¿qué es más terrible, ser castigado por ellos o simplemente esperar la muerte?” 

Magdalena mordió su labio inferior y cayó sentada en el suelo, comenzando a llorar con la cabeza baja, “¿Por qué?” 

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