Un Beso Que Le Atrapó A Mi Señor Perfecto Novela Completa
Un Beso Que Le Atrapó A Mi Se5ñor Perfecto Capítulo 2509

Capítulo 2509 

Deben entender que en banquetes de este nivel, la familia Jurado ni siquiera se atrevería poner un pie dentro. 

Sin embargo, para Maira, la matriarca nunca ha escatimado en recursos para ellos. 

Rita, desde su posición, observaba con desdén la actitud triunfante de Maira, y eso la lienaba de una profunda irritación. 

“¡Puf! Pensé que al entrar al mundo del entretenimiento su visión mejoraría un poco, pero mira el regalo tan mediocre que trae, juna simple bufanda! 

¡Si se supiera de esto, la gente se moriría de risa! ¿Acaso no quiere que todos sepan bajo qué circunstancias se casó con la familia Ibarra? 

Es tan mezquina, incluso da pena que los ancianos tengan que compensar cu vergüenza. Dar vergüenza es dar vergüenza.” 

Rita despotricaba sin reparos junto a Luna; miraba a Maira con desprecio, como si nada en ella fuera aceptable. 

A pesar de todo, Luna podía entender por qué Maira, en una ocasión así, regalaba a la anciana una bufanda hecha a mano. 

Los diamantes incrustados en ella tampoco eran baratos; sabía que solo en subastas muy exclusivas podía encontrar esmeraldas de ese nivel. 

Además, para alguien del estatus de la anciana, no había nada que ella no hubiera visto. Si en realidad necesitaba algo, ella misma podía comprárselo. 

Para una familia como la de ellos, lo más preciado era el tiempo y el esfuerzo. 

En estos tiempos, todos estaban impacientes, pero no cualquiera tenía la determinación de tejer una bufanda para un mayor. 

Luna solo asintió con la cabeza en señal de acuerdo para no desairar a Rita, pero en cuanto su atención se desvió, Luna comenzó a circular por la sala del banquete. 

Ella también tenía que pensar en sí misma, ya que la mayoría de los asistentes al banquete eran personas adineradas que venían con sus hijos. 

Aunque no conocía a nadie, sabía que con una sonrisa sincera, la mayoría estaría dispuesta a responder a sus preguntas y ayudarla. 

Luna no tenía mayores pretensiones, solo quería encontrar a un hombre guapo que le hiciera compañía durante el tedioso tiempo que pasaría en el país. 

Aunque la seguridad estaba garantizada, en comparación con las noches de fiesta en el extranjero, la situación actual era demasiado tranquila. 

Maira seguía a la anciana saludando a todos los conocidos, especialmente cuando llevaban copas de vino en alto, Maira mostraba una sonrisa radiante mientras brindaba. 

Ni siquiera necesitaba demostrar que se había tomado toda la copa, con un sorbo ligero, los demás ya le daban crédito. 

Eso se debía a la posición de la familia de Leonardo. 

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De hecho, nunca antes la anciana había bajado a brindar, este gesto era solo por Maira. 

Ella solo quería allanar el camino de Maira en su carrera actoral, por eso en su propio cumpleaños hizo todo esto por ella. 

Maira lo agradecía enormemente y siguiéndola más de cerca, ya no se quejaba, solo esperaba que su abuela cuidara de su salud y en cuanto veía algún signo de malestar, se acercaba rápidamente para sostener su brazo. 

“Ven Mairita, permíteme presentarte, a Hans, el genio director en este círculo.” 

Ni siquiera necesitaba que la anciana le presentara a esta persona, Maira ya se acercaba con brillo en los ojos, sujetando con ambas manos el brazo del director. 

“Permíteme observar detenidamente, ¿es este el brazo de un maestro?” 

Hans era una estrella emergente en los últimos años. 

Maira disfrutaba del estilo creativo de ambas personas, pero no estaba segura de lo que la anciana estaba insinuando hoy, ¿acaso estaba esperando que tomara su nuevo guion? 

Era mejor no hablar mucho al respecto, para no parecer demasiado presuntuosa. 

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