Capítulo 479
-Sra. Nerea, ¿tiene sed? ¿Quiere tomar un poco de agua?
-No tengo sed, ¿y ustedes, Amancio y Miguel?
-No, gracias.- Amancio respondió, –Todavía tengo que ir al lugar de la boda para ver cómo van los preparativos del discurso del tío Gerard.
-Yo tampoco quiero Miguel chasqueó los dedos, misterioso, ¡Voy a ayudarte a llevar a cabo el plan!
¡Gracias, hermanc?
Cuando los dos se fueron, Nerea suspiro aliviada y, con curiosidad, agarró un montón de dulces de boda y granos variados que tenía sobre la cama. Dejó que se deslizaran lentamente por entre sus dedos, esparciéndolos mientras veía caer una pieza de papel rojo recortado que mostraba una imagen de ella y Roman de niños, tomados de la mano, cortada con precisión y belleza. Ella también sostenía una muñeca en la
mano.
Esto era demasiado considerado, ¿no?
Tomó el papel recortado, lo colocó suavemente sobre la ventana calada y, mirando hacia el brillante sol afuera, vio sus pequeñas figuras brillar intensamente.
¡Qué hermoso!
El jardin estaba lleno de flores en flor, sintiéndose como si hubiera llegado a un bosque de cuentos de hadas, donde ella era la princesa del castillo, esperando la llegada de su principe azul.
Roman realmente había hecho realidad todas sus fantasías de niña.
Recordando cómo, en su ceremonia de adultez, se despertó agarrando el rígido y frío bajo de su pantalón, escuchando su voz fría y distante, nunca habría imaginado que algún día se rendiría a su ternura y amor.
¡Bang!
Pensó que bajo la organización de Roman, no habría bromas de boda, pero de repente, la puerta se lanzó hacia ella como el viento, acompañada de un gran llanto infantil.
Orió de golpe y
una pequeña figura rosa se
-¡Waaah! Waaaah…
-¡Ay!
Nerea, sorprendida, la atrapó de inmediato, siguiendo su mirada desde sus pequeños zapatos de flores y su vestido y tierno, preguntó incrédula, -¿Neo?!
rosa hasta
su rostro familiar
-Waaaah…
Neo, con sus pequeñas manos gorditas hechas puños, se frotaba los ojos mientras lloraba desconsoladamente.
-Nerea, jese tío malvado al final te robó!
-Estoy seguro que no querías casarte con él, ¡tú prefieres a Neq!
Lloraba tan tristemente que Nerea no podía evitar reírse, su atuendo era demasiado gracioso.
-Neo, ¿quién te ha convertido en paje? Jajaja…
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Además de cambiar, hasta le habían cambiado de género, llevando zapatos y vestido de flores, y hasta el cabello hecho rizos de lana; si no te fijas, creerías que es una niña llorona.
-Fue ese monstruo de mi tío. Le pidió a Laureano que me tomara muchas fotos, diciendo que si vuelvo a hablar tonterías delante de los reporteros, enviará mis fotos a todos mis compañeros de escuela. ¡Waaaah, Nerea, sálvame!
Nerea no pudo evitar reírse aún más, ¡Roman era demasiado malvado!
Pero, ¿por qué le sonaba tan familiar esa táctica?
¿La estaba imitando?
-Nerea, tío siempre me pasa molestando, ¡tienes que ayudarme a vengarme!
Neo entró llorando, pero al abrir un poco más los ojos, finalmente vio…
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