Capítulo 367 

En el momento en que Julio vio al guardaespaldas, supo que no tenía ninguna posibilidad de ganar 

El cenicero que Julio sostenia cayó al suelo mientras decía: “Femanda, ¿de verdad no vas a ayudarme?” 

“Tio, uno debe asumir las consecuencias de sus actos“. 

Femanda miró a Julio, sin encontrar ni un poco de afecto familiar en sus ojos. 

“Fernandal (Soy tu tio! Si entro a prisión, te quedarás sin familia“. 

novas 

“¡Cómo pudo mi hermano tener una hija tan cruel y despiadada! ¡lván debería haberte matado desde el principio!” 

Los insultos de Julio seguían llegando desde atrás y Fernanda, al escuchar esas palabras tan frías, solo pudo sentirse entumecida. 

En la entrada, Marisol y Ana llegaron comendo

Al verlas, Femanda logró esbozar una leve sonrisa: “¿Cómo llegaron?” 

Ana dijo: “Vinimos en cuanto nos enteramos“. 

Fernanda preguntó: “¿De qué se enteraron?” 

Marisol explicó: “El Sr. Huerta nos contactó y nos dijo que viniéramos a buscarte“. 

“¿Pedro?” 

Femanda no esperaba que Pedro llegara a tal punto para ayudarla. 

Parecia que debía encontrar una oportunidad para agradecerle adecuadamente a Pedro, 

Marisol continuo: “Desde el principio sospechaba que algo andaba mal con ese anciano, asi que le pedi a Ana que investigara en secreto y efectivamente, encontramos algo. La noche en que te arrestaron, el departamento de finanzas de nuestra familia se incendió. Por suerte estábamos atentos, de lo contrano, todas esas pruebas podrían haber sido destruidas. Esta mañana planeábamos ir a la estación de policia a denunciar, pero no esperábamos que el Sr. Huerta se nos adelantara“. 

“Parece que real 

planeaba enviarme a prisión para que nunca pudiera salir“. 

Fernanda solto una nisa suave. 

Hasta hace un dia, Julio era el único pariente que le quedaba en este mundo 

Pero ahora, se había quedado completamente sola 

Esa tarde, el escándalo de Julio robando y tratando de inculpar a su sobrina se viralizó, convirtiéndose en una intensa batalla por el poder dentro de una familia adinerada. La opinión pública también cambió completamente, y la gente comenzó a simpatizar con Femanda por tener un tio tan despreciable. 

Sentada sola en la mansión Sierra, Femanda miraba las noticias sin sentir alegría alguna. 

Desde afuera, olguien golpeó frenéticamente la puerta. 

La sirvienta fue a abrir, pero isabel e Iván la empujaron para entrar, 

Los dos avanzaron, e Isabel empezó a gritarle a Fernanda “Femandal ¿Acaso no tienes memoria? ¡Tu tio siempre fue bueno contigo y tú lo dejas cargar con tu culpa 

“Mi padre estaba ciego por ayudarte todo este tiempol Femanda, tienes alguna conciencia?” 

Aunque Iván seguia luciendo furioso, después de la lección que Fabio le habia dado antes, solo se atrevió a gritarle a Fernanda, sin intentar tocarla. 

Femanda, con una expresión fria, dijo con indiferencia: “¿Dónde está la seguridad?” 

Los guardias de seguridad entraron apresuradamente, disculpándose inmediatamente: “Señorta! No pude impedir que la señora entrara ella insistia en. 

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