Capítulo579
Luisana no solo era su secretaria, sino también una guardaespaldas profesional. Cuando vio a alguien acercarse
corriendo, frunció el ceño y se interpuso inmediatamente en el camino de
Rodrigo.
Sin embargo, en cuanto llegó cerca, la criada se arrodilló de golpe en el suelo.
-¡Rodrigo! ¿Puede ayudar a Noa? ¿Puede hacerlo? la criada lloraba mientras preguntaba
arrodillada en el frío suelo.
-Luisana, ayúdala a levantarse-ordenó Rodrigo con ceño fruncido. Si tienes algo que decir,
levántate y hablalo.
Luisana estaba a punto de agacharse para ayudar a la criada a levantarse, pero esta sacudió la
cabeza con fuerza, negándose a ponerse de pie.
-Si no promete ayudarla, no me levantaré de aquí. Sé que soy una simple criada y no soy más que
una hormiga a tus ojos. Pero incluso si tengo que arriesgar mi vida insignificante, quiero ayudar a
Noa-declaró la criada con determinación.
-¿Qué ha sucedido exactamente? – Preguntó Rodrigo con seriedad, sintiendo un apretón en el
corazón.
La criada secó sus lágrimas y, con cuidado, levantó la manga de Noa.
En ese momento, tanto Rodrigo como Luisana se quedaron sin aliento al ver los moretones y las
heridas en el delicado y pálido brazo de la niña, una mezcla de marcas nuevas y antiguas que
resultaban desgarradoras.
Los ojos de Rodrigo se llenaron instantáneamente de ira, sus brazos que sostenían a Noa se
tensaron tanto que parecía que la camisa podría rasgarse.
-¿Quién hizo esto? Preguntó, con gran furia en su voz.
Luisana se sintió alarmada en el fondo de su corazón. Nadie conocía a Rodrigo mejor que ella.
Sabía que cuando él hablaba con calma y seriedad, era porque realmente estaba enojado.
-Fue Leona-respondió la criada sin rodeos. -Leona aprovecha su posición como hija del
presidente y la favorita de la señora en la casa para acosar y maltratar constantemente a Noa. La
golpea y la insulta sin piedad. Es un verdadero demonio. Cuando el joven Alejandro está en casa,
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apenas pasa un mes en Villa Mar. Puede proteger a Noa a corto plazo, pero no a largo plazo.
Rodrigo frunció aún más el ceño mientras escuchaba. Incluso Luisana apretó los puños a su lado.
-Rodrigo, eres el mejor amigo de nuestro joven Alejandro, está claro. Y puedo ver que realmente te importa Noa.
Te lo ruego, ¿puedes ayudarla? ¿Puedes protegerla? -la criada suplicó entre lágrimas.
-Está bien, lo prometo-dijo Rodrigo, tomando una profunda bocanada de aire. Miró hacia abajo a
la desafortunada niña en sus brazos, su corazón latía con fuerza y el peso en sus hombros se
sentía abrumador.
-Mientras Rodrigo esté aqui, velaré por ti y por Noa todos los días-afirmó.
Noa fue llevada por Rodrigo de esta manera, de manera completamente abierta, frente a muchas personas, lo que
dejó a Leona en una posición humillante. Aunque este incidente ocurrió dentro de
los límites de su hogar, sintió que su autoridad como reina de la casa había sido enterrada por
Rodrigo. Se preguntó por qué, por qué incluso alguien como la tonta de Noa tenía a alguien que la
protegiera, mientras que ella no.
En términos de belleza, linaje y talento, ¿en qué no era igual a Noa? ¿Por qué Rodrigo preferiría a
una chica con problemas mentales en lugar de ella?
Leona estaba tan furiosa que solo podía desquitarse con la criada de Noa. La castigó obligándola a
limpiar todos los inodoros de Villa Mar esa noche y le confiscó su bonificación de fin de año.
-¡Ya basta! Mira cómo luces, pareces más un demonio que Clara, esa pequeña prostituta. No me
sorprende que Rodrigo ya no te vea con buenos ojos. Incluso me resultas molesta-le espeto.
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