Capítulo283
El Bugatti de Pol se alejaba gradualmente en la oscuridad de la noche. Pol empujó sus gafas, una sonrisa se curvó en la comisura de sus labios mientras un corazón ardiente latía en su pecho.
La Voitura Noire resonaba rápidamente en el viaducto. Clara bajó la ventana del coche, disfrutando
del viento nocturno que silbaba mientras miraba el resplandor de los neones en el lado opuesto del
río, perdida en sus pensamientos.
-Señorita, ¿ya se ha hecho amiga tan rápido del caballero García y de su familia? – Aarón apretó
el volante con fuerza y preguntó con voz apagada.
-No está mal, nos llevamos bastante bien.
-Aunque él la rescató en el pasado, no podemos olvidar que una vez la siguió hasta la zona donde vive. Siempre es importante ser precavidos. – murmuró Aarón, evidentemente frustrado.
-Quizá lo hizo porque me reconoció y tenía curiosidad por mi. Además, después de haber
interactuado dos veces, me pareció que era una persona decente. Aunque a veces hablaba de
manera extraña. ¿Será que la gente de Austria tiende a ser más lírica en su voz?
Los ojos de Clara brillaban emocionado: ¡Lo más increíble es que a ambos nos gustan el mismo
juego! ¡Qué conexión! ¡Incluso planeamos jugar juntos algún día!
Aarón escuchaba cada vez más melancólico.
Él apretó los labios, se quedó callado por un momento y luego preguntó en voz baja–Señorita,
nunca has sido tan amable y tolerante con ningún hombre que acabas de conocer. ¿Acaso… te
gusta un poco?
Clara lo miró con incredulidad. -Vaya, ¿en qué ojo viste eso? Si puedes señalar qué ojo lo vio, de a
deveras te lo saco.
Clara rodó los ojos en silencio ante Aarón.–Volviendo al tema, tendría que ser Pol García quien me
gustara. ¿Por qué debería gustarme algún otro hombre?
-Já, los hombres, ¡solo afectan mis ganancias!
Aarón no pudo evitar reírse, y su expresión preocupada se disipó.
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Por suerte, la señorita no había sido afectada por ese caballero García y su mente seguía clara…
por suerte, por suerte…
En ese momento, el coche pasó por un reductor de velocidad y una tarjeta cayó del cesto de flores.
-¡Eh! -Clara frunció el ceño y se inclinó para recogerla.
La abrió y en ella había una elegante caligrafía a mano, una nota dejada por Pol:
En esta juventud, no desperdicies los buenos momentos.
Los ojos de Clara se entrecerraron ligeramente: este Señor García tenía cierto atractivo.
-Hoy se encontró nuevamente con su enemiga. ¿Si Beatriz le dijo algo inapropiado? -Aarón
preguntó con preocupación. Cuando pensaba en la despreciable actitud de esa puta, él se
enfurecía.
-¿Y tú qué opinas? -Clara levantó una ceja con una sonrisa burlona:-¿Puede ella cambiar su
personalidad?
-Señorita, Beatriz ya ha cruzado la línea contigo. Está jugando con fuego.
La expresión de Aarón se volvió sombría de repente. -¿Cómo planea enfrentar esta situación?
-Aarón, en los próximos días no necesitas estar a mi lado. Tengo una tarea para ti.
-Digame, señorita.
-Vigila a la madre de Beatriz, Ana.
Clara acarició suavemente las rosas en la cesta, sus ojos fríos como espadas: -Después de esta
noche, Beatriz no podrá contenerse por mucho tiempo. Estará lista para actuar en venganza.
-Señorita, ¿le dijiste algo esta noche? -Aarón frunció el ceño desconcertado.
-Le mencioné un poco sobre su pasado en los Estados Unidos y la vi ponerse pálida como un fantasma. Estaba completamente desorientada. -recordó Clara con una sonrisa ante la imagen
espantada de Beatriz.
-¿Eso no podría haber alertado al enemigo? -preguntó Aarón preocupado.
Clara sonrió de manera traviesa y movió su delgado dedo indice: -No es para asustarla, es para
sacarla de su madriguera.
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Lo que le dije a Beatriz esta noche fue deliberadamente provocador, quería que se acercara más a un compromiso con Alejandro y así se desestabilizara aún más. Ahora ella estaba completamente centrada en casarse con la familia Hernández, y para lograrlo, haría lo que fuese necesario para eliminar cualquier obstáculo.
Aarón comprendió repentinamente, exclamando sorprendido: -¡Entonces, seguramente buscará a la criatura y la ocultará de nuevo!
Clara sonrió astutamente y asintió: -Beatriz está en el hospital todos los días, no es muy conveniente salir. Así que probablemente delegará esta tarea a su madre, Ana, ya que solo ella sabe dónde está el niño. He puesto el cebo, ahora solo queda esperar a que el pez muerda el
anzuelo.
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